Las personas disponemos de unos esquemas mentales que conforman nuestra manera particular de entender la realidad y conducirnos por ella. Eso quiere decir que cada cual interpreta lo que le ocurre a través de sus propios criterios. Esto se ha desarrollado a lo largo de los años mediante la educación y la vida en común con otras personas, lo que equivale a decir que han sido aprendidos y forman parte de nuestra manera de ser.
Pero en ocasiones estos esquemas, nuestras “gafas de ver la realidad”, no funcionan correctamente por haberse quedado anticuados, por estar incompletos o simplemente por ser erróneos o no ser útiles para la realidad que se nos presenta en un momento dado.
Nuestra visión estará distorsionada y también nuestro modo de actuar. Los esquemas mentales se concretan en forma de creencias, juicios, opiniones o afirmaciones, que nos permiten justificar, minimizar o racionalizar un comportamiento determinado y así mantener esta conducta en el futuro.
Se trata de un bucle que se sustenta a sí mismo continuamente.
REALIDAD INTERPRETO ACTÚO EN REFUERZO
A PARTIR DE MIS CONSECUENCIA MIS
ESQUEMAS ESQUEMAS
Cualquiera de nosotros realiza enormes esfuerzos para integrar la información (hechos) que discrepan de nuestras creencias y conseguir que los datos encajen con nuestros esquemas iniciales, eliminando las contradicciones. Para ello forzamos la realidad para que se adapte a nosotros y no al contrario. Hemos dicho que los esquemas cognitivos forman parte de nuestra manera de ser y que los hemos ido conformando con el tiempo. De este modo lo que se aprendió en su día se puede desaprender y cambiar.
La única manera para acercarnos a la certeza es mediante el contraste de nuestras creencias con los hechos más objetivos.
Eugenia Coret
Psicóloga Colegiada Num. CV05296